Las auroras no son exclusivas de la Tierra, también pueden verse en Marte, y nuevas imágenes han sido publicadas dejando ver este espectáculos de luces en el cielo marciano.
Una sonda enviada por los Emiratos Árabes Unidos para estudiar la atmósfera marciana ha captado un evento extremadamente esquivo en la cámara, según informa Space.com: una aurora nocturna en Marte.
Antes de que comenzara la misión científica formal del orbitador Hope, uno de sus instrumentos científicos capturó la aurora, que es un fenómeno notoriamente fugaz que ha demostrado ser muy difícil de estudiar.
Las imágenes publicadas el miércoles muestran las auroras destacándose en forma de estructuras brillantes contra el oscuro cielo nocturno marciano.
Es un encuentro casual encantador, el descubrimiento ni siquiera era parte de las observaciones científicas centrales planificadas para la misión, que podría preparar la misión Emirates Mars para muchos más descubrimientos emocionantes a finales de este año.
Justin Deighan, científico planetario de la Universidad de Colorado y subdirector científico de la misión, dijo a Space.com:
“No son fáciles de atrapar, por eso verlos básicamente de inmediato con [Emirates Mars Mission] fue algo emocionante e inesperado. Definitivamente es algo que estaba en nuestro radar, por así decirlo, pero simplemente mirando nuestro primer conjunto de datos nocturnos y diciendo: ‘Oye, espera un segundo, ¿es eso? ¡No puede ser! ¡Lo es! Eso fue muy divertido”.
En la Tierra, las auroras están vinculadas al campo magnético del planeta. Cuando las partículas cargadas son lanzadas a la atmósfera, altera sus trayectorias, lo que hace que las partículas existentes en la atmósfera se ionicen y emitan luz de diferentes colores a medida que interactúan entre sí.
En Marte, sin embargo, estas auroras no se limitan a los polos norte y sur, sino que también aparecen en el resto del planeta.
La atmósfera magnética del planeta rojo no está alineada como una barra magnética gigante, como la de la Tierra.
En cambio, como Deighan explicó a The New York Times, es como si “tomaras una bolsa de imanes y los arrojaras a la corteza del planeta”.
Deighan agregó:
“Y todos apuntan de diferentes maneras. Y tienen diferentes puntos fuertes”.
Estos campos magnéticos dispersos hacen que las partículas del viento solar se disparen en diferentes direcciones, interactuando con átomos y moléculas en la atmósfera superior del planeta, lo que desencadena el resplandor.
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