Diversos medios informaron días atrás de la desaparición de tres estrellas que en julio de 1952 se desvanecieron en una hora del cielo nocturno para siempre, dejando tras de sí un misterio con varias explicaciones posibles. Pero estas no son las únicas estrellas que han desaparecido, ni mucho menos. En 2019, el proyecto Vanishing and Appearing Sources during a Century of Observations (VASCO) intentó catalogar cuántas estrellas han desaparecido de la vista en los últimos 70 años y encontró alrededor de 100 desaparecidas sin una explicación concreta.
El proyecto VASCO comparó imágenes tomadas por el Observatorio Naval de Estados Unidos a partir de 1949 con imágenes del sondeo del cielo Pan-STARRS entre 2010 y 2014. El programa informático utilizado por el equipo arrojó unas 150.000 posibles fuentes de luz desaparecidas en los años transcurridos.
A continuación, cruzaron las referencias con otros conjuntos de datos para reducir aún más el número. Este proceso les dejó con 24.000 candidatos, que luego revisaron manualmente para excluir los fallos de las cámaras y otros errores. Al final, tenían unos 100 candidatos prometedores para fuentes de luz reales que desaparecieron de nuestra vista.
Las estrellas pueden oscurecerse como Betelgeuse o explotar en forma de supernova dejando un resplandor durante horas o días, pero en general no desaparecen sin más de nuestra vista. Una posible explicación es que no llegaran a convertirse en supernovas, sino que colapsaran en un agujero negro. Sin embargo, se cree que esto es increíblemente raro, menos de 1 entre 90 millones, y probablemente no explicaría por qué han desaparecido tantos puntos de luz. Un estudio posterior de VASCO, en el que se analizaron otros candidatos a desvanecerse, situó la tasa de detección de supernovas fallidas en menos de 1 entre 600 millones.
Otras explicaciones
Otras posibilidades podrían ser las lentes gravitacionales, en las que el espacio-tiempo se deforma debido a objetos inmensamente pesados, magnificando a veces objetos lejanos, u otros breves estallidos de luz, como las explosiones de rayos gamma, que se captan en sondeos más antiguos. Los objetos que se mueven más cerca, como los asteroides, también podrían explicar estas desapariciones.
Aunque el estudio de estos objetos es de interés para la astrofísica, que podría tener que explicar los mecanismos de desaparición de las estrellas, uno de los factores que motivaron la búsqueda era mucho más externo: la búsqueda de una Esfera de Dyson, una hipotética forma en que las civilizaciones avanzadas podrían aprovechar la energía de una estrella rodeándola de paneles solares. La búsqueda de estos transitorios podría (y es un “podría” bastante grande) llevarnos hasta una civilización avanzada.
Un equipo diferente escribió en su artículo de 2019 en The Astronomical Journal:
“Si una región del cielo tiene tendencia a producir una fracción inesperadamente grande de candidatos en relación con el fondo, esta región o ‘punto caliente’ puede merecer algo de atención extra”.
Sin embargo, el estudio de seguimiento tampoco identificó buenos candidatos a Esferas de Dyson, dejándonos con un montón de estrellas desaparecidas y no mucho a modo de explicación.
Imagen de portada: ESO
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