A fines de mayo, existe la posibilidad de que podamos recibir una nueva lluvia de meteoritos con el potencial de ser la mejor exhibición de este tipo de 2022. Es un evento único y las circunstancias para producir actividad de meteoritos son bastante únicas.
En el otoño de 1995, un cometa pequeño y tenue conocido como 73P/Schwassmann-Wachmann 3, inesperadamente se rompió en varios fragmentos. Este cometa, que orbita alrededor del Sol cada 5.5 años, ha continuado desintegrándose desde su interrupción inicial. Docenas de fragmentos y piezas se han desmoronado de los fragmentos originales en los últimos 27 años.
Desde entonces, astrónomos de todo el mundo han investigado si la Tierra pasará a través de este enjambre de material recién expulsado y, de ser así, si podría provocar una lluvia de meteoritos. Es probable que los observadores del cielo no lleguen a un consenso hasta que una lluvia de meteoritos aparezca tarde en la noche del 30 de mayo o no lo haga.
Algunos factores hacen que la situación sea difícil de predecir. Por lo general, las lluvias de meteoritos ocurren cuando la Tierra pasa a través de pequeñas partículas que se arrastran detrás del cometa, y el cometa cruza el punto donde las dos órbitas se cruzan antes que la Tierra. Pero durante este encuentro, la Tierra pasará primero por la intersección.
Normalmente, eso significaría que no se produciría una lluvia de meteoritos. Sin embargo, cuando este cometa en particular se desintegró, lo hizo con una violencia terrible, expulsando material en todas direcciones a gran velocidad. Y si bien la presión de la radiación solar habría empujado todos los fragmentos similares al polvo hacia la cola, no debería haber afectado a los escombros más grandes del tamaño de grava o guijarros.
Y tal vez, solo tal vez, suficientes de esos fragmentos más grandes cayeron en órbitas más rápidas que el cometa principal, lo que le permitió pasar por el punto de intersección antes que la Tierra. Si bien este material ingresaría a la atmósfera de la Tierra a velocidades mucho más lentas que la mayoría de los meteoros, el tamaño más grande podría hacerlos lo suficientemente brillantes como para observarlos.
Desafortunadamente, tales cálculos están plagados de incertidumbres que podrían significar la diferencia entre todo o nada.
En el mejor de los casos, podríamos ver un grupo de meteoros lentos y brillantes, brillando con un tinte rojizo o anaranjado, cayendo a una velocidad de decenas o incluso cientos por hora.
Por otro lado, quizás la Tierra encuentre muy pocas partículas cometarias o incluso ninguna. Otra posibilidad es que los meteoros sean numerosos, pero tan lentos que acaben siendo muy débiles o no visibles a simple vista. Como nunca antes nos habíamos encontrado con este enjambre, no podemos decir con certeza qué esperar.
Si la exhibición de meteoritos se materializa, las “estrellas fugaces” parecerían salir disparadas de una parte del cielo cerca de la brillante estrella naranja Arcturus, en la constelación de Bootes, el Pastor. Para encontrarlo, las estrellas en el mango de la Osa Mayor forman una curva que se traduce fácilmente en un arco suave. Continúa ese arco imaginario de la longitud de la Osa Mayor y llegarás a Arcturus.
En cuanto a cuándo la lluvia debería alcanzar su punto máximo, para aquellos en la zona horaria del Pacífico, debería ser a las 10 PM. del 30 de mayo; para aquellos en la zona horaria del este que se traduce como la 1 AM. del 31 de mayo. Desafortunadamente, para el noroeste del Pacífico, el cielo crepuscular probablemente será demasiado brillante, lo que probablemente impida ver cualquier posible exhibición.
¡Esperemos que la Naturaleza esté en un “modo de exhibición” esa noche!
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[Fuente: space]
