Investigación sugiere que estrella Betelgeuse podría explotar pronto e iluminar el cielo

Investigación sugiere que estrella Betelgeuse podría explotar pronto e iluminar el cielo

Un estudio preliminar indica que la gigante roja está fusionando carbono en su núcleo y que, cuando éste se agote, sólo pasarán unas décadas antes de que explote.

Si vio Orión antes de que desapareciera detrás del Sol este año, es posible que haya notado el brillo inusual de Betelgeuse. Los astrónomos no saben muy bien qué pensar de este brillo, pero un equipo ha reinterpretado patrones de variabilidad de larga duración para concluir que no sólo se encuentra en la fase de combustión de carbono de su vida, sino que se acerca al final de esa fase. De ser así, la cercana gigante roja podría pasar por las siguientes fases de su vida en unas décadas y explotar durante la vida de las personas que lean este artículo.

Podría crear una luz similar a la Luna llena

No hay duda de que Betelgeuse, como supergigante roja altamente evolucionada, se convertirá algún día en una supernova de colapso del núcleo, creando una luz similar en brillo a la Luna llena. Aunque sabemos que esto será pronto según los estándares astronómicos, es mucho más discutido si merece la misma descripción en los plazos humanos.

La opinión convencional es que Betelgeuse no llegará a su máximo esplendor hasta dentro de unos 100.000 años, frustrando hasta entonces a miles de generaciones de astrónomos. Algunos indicios apuntan más bien a un millón. Sin embargo, la preimpresión de un artículo enviado a Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, pero aún pendiente de revisión por pares, llega a una conclusión muy diferente.

Todas las estrellas comienzan fusionando átomos de hidrógeno en helio durante la mayor parte de su vida. Con el tiempo, se quedan sin hidrógeno en su núcleo y empiezan a convertir el helio en carbono, aunque la fusión de hidrógeno puede continuar durante algún tiempo más. Posteriormente, el carbono se convierte en neón, sodio y magnesio, un proceso conocido como combustión del carbono, aunque no tiene nada en común con el proceso químico por el que los átomos se inflaman en el oxígeno.

Las explosiones de supernovas sólo se producen tras sucesivas rondas de fusión de neón, oxígeno y silicio, por lo que para calcular el tiempo que falta para el gran día de Betelgeuse necesitamos saber en qué fase se encuentra. En el preprint, el Dr. Hideyuki Saio, de la Universidad de Tohoku, y sus coautores sostienen que Betelgeuse no sólo está quemando carbono, sino que está empezando a agotarlo.

Al igual que otras estrellas que se acercan al final de su vida, Betelgeuse emite pulsos que la hacen hincharse y encogerse, con los consiguientes cambios de brillo. Se han rastreado ciclos regulares de 185, 230, 420 y 2.200 días, además de otras variaciones menos predecibles. El gran oscurecimiento de 2019-20 se debió en parte a un estallido de polvo, pero también a la coincidencia de los mínimos de varios ciclos.

Los cambios recientes en el brillo de Betelgeuse podrían ser más significativos de lo que pensábamos.
Los cambios recientes en el brillo de Betelgeuse podrían ser más significativos de lo que pensábamos. Crédito de imagen: ALMA (ESO / NAOJ / NRAO) / E. O’Gorman / P. Kervella

Betelgeuse estaría cerca del final de su fase de combustión de carbono

El argumento del artículo se basa en la cuestión de cuál de los periodos de pulsación es el modo fundamental radial (RFM), cuyo periodo está intrínsecamente relacionado con el radio de la estrella. Si, como sostienen los autores, el RFM es el ciclo de 2.200 días, y no el de 420 días como creen otros, entonces Betelgeuse debe ser aún mayor de lo que pensábamos. Para una estrella de su masa, tal tamaño -probablemente unas 1.300 veces el radio del Sol- indicaría que está cerca del final de su fase de combustión de carbono.

Una vez terminada la fase de combustión del carbono, el final es cuestión de unas pocas décadas. Los autores afirman que no es posible saber con exactitud lo cerca que está Betelgeuse de fusionar el último resto de su carbono, pero el hecho de que se encuentre en una fase tardía de un proceso que dura unos pocos miles de años sugiere que no puede faltar mucho.

Podría parecer que resolver el debate sobre el tamaño de Betelguese sería fácil, pero existe una considerable incertidumbre sobre su distancia. Ha resultado sorprendentemente difícil establecer si se trata de una estrella muy grande a 530 años luz de la Tierra, o de una absolutamente gigante a 900 años luz.

Las supernovas pueden causar grandes daños a los planetas de su vecindad galáctica y se han considerado posibles causas de extinciones pasadas. Sin embargo, incluso en la estimación más cercana, Betelgeuse debería estar lo suficientemente lejos como para no causar ningún daño, al tiempo que nos ofrece una vista en primera fila de la que posiblemente sea la primera supernova de la galaxia desde 1604. Lo único que debemos temer es perdernos un épico espectáculo de fuegos artificiales.

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y están disponible en arXiv.org.

Imagen de portada: Recreación de la explosión de Betelgeuse. Crédito: ESO / L. Calçada

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