No se trata del guion de una película, la sonda Parker Solar Probe por primera vez ha “tocado el Sol“, según informa un comunicado de prensa de NASA.
Más de tres años después de su lanzamiento, la sonda Parker Solar Probe de la agencia voló a través de la atmósfera superior de nuestra estrella, tomando medidas de las partículas y los campos magnéticos que encontró.
La sonda, que es del tamaño de un automóvil pequeño, está programada para realizar 21 viajes a través de la corona solar en el transcurso de siete años, informa CNN.
Sobrevuelo revolucionario duró varias horas
La superficie irregular de la corona hizo que la sonda entrara y saliera de la atmósfera exterior del Sol varias veces en el transcurso de unas pocas horas, dijo NASA.
En un momento, Parker voló lo suficientemente profundo en la atmósfera para encontrarse con grandes estructuras llamadas “pseudo-fluidos”, que son visibles desde la Tierra durante los eclipses solares. Mientras estaba dentro de los superstreamers, Parker descubrió una inquietante calma. Las partículas que normalmente son azotadas por los vientos solares se ralentizaron. La NASA lo comparó con “volar al ojo de una tormenta”.
Los resultados de la misión se describen en un artículo publicado hoy en Physical Review Letters. El autor principal, Justin Kasper, dijo que el equipo de la misión “esperaba plenamente que, tarde o temprano, encontraríamos la corona durante al menos un breve período de tiempo” y que es “muy emocionante que ya lo hayamos alcanzado”.
Temperaturas extremas
La sonda se sometió a temperaturas de casi 2500 ° F (1377 ° C). El escudo térmico que protege la nave espacial y los instrumentos científicos tiene un grosor de 11.43 cm y está hecho de un material compuesto de carbono. Sorprendentemente, la corona es más caliente que la superficie del Sol. Los científicos creen que la atmósfera puede alcanzar temperaturas de hasta 1 millón de ° C en su punto más caliente. La superficie es mucho más fría 5727 ° C.
Parker ha estado orbitando alrededor del Sol desde poco después de su lanzamiento en octubre de 2018. La sonda utiliza la gravedad de Venus para dirigir su peligroso rumbo alrededor y a través de la estrella. Los sobrevuelos futuros probablemente durarán más porque la corona está creciendo (antes de contraerse nuevamente) durante el curso del ciclo normal de 11 años del Sol.
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