Dentro de nuestro planeta hay restos de otro mundo. No, no se trata de una teoría conspirativa como la de la Tierra hueca. Hablamos de los restos de Theia, el objeto del tamaño de Marte que, hace miles de millones de años, chocó contra nuestro planeta y dio lugar a la formación de la Luna. Sus restos simplemente se incorporaron a nuestro planeta, pero no del todo. Esta es la atrevida idea que ha ido adquiriendo cada vez más evidencias en los últimos años.
El impacto entre la Tierra y Theia puede haber dejado literalmente una gran huella en nuestro planeta. Hay dos estructuras peculiares enterradas en las profundidades del manto, rodeando el núcleo de la Tierra. Se conocen como Large Low-Velocity Provinces (LLVP). Estas formaciones anómalas se encuentran bajo la placa tectónica africana y la placa tectónica del Pacífico. Se cree que se han hundido por ser más densas que el material del manto circundante.
Su densidad depende de su composición química. Los investigadores utilizaron ondas sísmicas como sonograma del interior de la Tierra y hallaron estas regiones más densas. Creen que tienen más hierro que el resto del manto y de ahí surgió la conexión. El doctor Qian Yuan, de Caltech, estaba escuchando un seminario impartido por el profesor Mikhail Zolotov en 2019, cuando Zolotov explicó la hipótesis Gaia y comentó que la Luna es rica en hierro como, presumiblemente, lo era Theia.
El Dr. Yuan dijo en un comunicado:
“Justo después de que Mikhail dijera que nadie sabe dónde está el impactador ahora, tuve un ‘momento eureka’ y me di cuenta de que el impactador rico en hierro podría haberse transformado en manchas del manto”.
Simulaciones detalladas demostraron que se trata de una hipótesis sólida. Un impacto con Theia no devastaría completamente el planeta, y gran parte de la energía y el material permanecerían en el manto superior. Allí, las “manchas de Theia” se fusionarían y acabarían hundiéndose cerca del límite entre el manto y el núcleo. El equipo compara esta situación con la cera de una lámpara de lava. Si el manto inferior hubiera estado más caliente, los LLVP no habrían existido, ya que el material se habría mezclado mejor.
El equipo investiga ahora qué consecuencias podría haber tenido para la geología de la Tierra la existencia de estas estructuras en medio del manto durante los años de formación de nuestro planeta. Nuestro mundo es bastante singular, geológicamente, en comparación con los demás del Sistema Solar.
El Dr. Paul Asimow dijo:
“Una consecuencia lógica de la idea de que los LLVP son restos de Theia es que son muy antiguos. Por tanto, tiene sentido investigar a continuación qué consecuencias tuvieron para la evolución más temprana de la Tierra, como el inicio de la subducción antes de que se dieran las condiciones adecuadas para la tectónica de placas al estilo moderno, la formación de los primeros continentes y el origen de los minerales terrestres supervivientes más antiguos”.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature.
Fuente: iflscience
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