NGC 4945, una hermosa galaxia espiral situada a más de 12 millones de años luz de distancia, esconde un feroz secreto: un voraz agujero negro en su centro.
Esta bestia supermasiva no solo consume materia, sino que la expulsa a velocidades increíbles, lanzando vientos que escapan de la propia galaxia.
Esta imagen del Observatorio Europeo Austral (ESO) muestra la impresionante galaxia espiral NGC 4945. Situada a más de 12 millones de años luz en dirección a la constelación de Centauro, la galaxia puede parecer tranquila desde la distancia, pero está lejos de serlo.
Como la mayoría de las galaxias, NGC 4945 tiene un agujero negro supermasivo en su centro. Mientras que algunos agujeros negros, como el de la Vía Láctea, consumen materia lentamente, este devora material a un ritmo mucho más intenso. Utilizando el instrumento MUSE del Very Large Telescope (VLT) de la ESO, los astrónomos han observado que este agujero negro no solo se alimenta, sino que también expulsa materia de forma violenta.
En lugar de tragarse todo, genera potentes vientos cónicos de gas y polvo. Estas corrientes, resaltadas en rojo en una imagen insertada sobre una vista más amplia del telescopio MPG/ESO La Silla, se mueven tan rápidamente que se espera que escapen por completo de la galaxia y se adentren en el espacio intergaláctico.

Estos hallazgos forman parte de un estudio más amplio que examina cómo se comportan los vientos impulsados por agujeros negros en galaxias cercanas. Sorprendentemente, los datos de MUSE revelan que estos vientos no se ralentizan a medida que se alejan. Al contrario, se aceleran a medida que se alejan del centro galáctico, ganando velocidad en su viaje hacia el borde de la galaxia.
Este proceso expulsa el material potencial para la formación de estrellas de una galaxia, lo que sugiere que los agujeros negros controlan el destino de sus galaxias anfitrionas al reducir la tasa de nacimiento estelar. También muestra que los agujeros negros más potentes impiden su propio crecimiento al eliminar el gas y el polvo del que se alimentan, lo que lleva a todo el sistema a una especie de equilibrio galáctico.
Ahora, con estos nuevos resultados, estamos un paso más cerca de comprender el mecanismo de aceleración de los vientos responsables de dar forma a la evolución de las galaxias y la historia del universo.
El estudio científico ha sido publicado en Nature Astronomy.
Fuente: researchgate
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