Telescopio James Webb detecta un enorme géiser en Encélado y que lanza agua al espacio

Telescopio James Webb detecta un enorme géiser en Encélado que lanza agua al espacio

Una noticia ha sorprendido a la comunidad astronómica: el Telescopio Espacial James Webb ha descubierto un enorme géiser que lanza una columna de agua al espacio desde Encélado, luna de Saturno.

¿Qué está pasando en el espacio? Tenemos una nueva imagen con el Telescopio Espacial James Webb (JWST) que ha captado un espectáculo hipnotizador en la luna helada de Saturno, Encélado. Las sorprendentes imágenes revelan un colosal penacho de vapor acuoso que brota de la superficie de la luna y se extiende hasta los confines del espacio. Es más, se cree que esta colosal columna contiene los ingredientes químicos necesarios para la vida.

El 17 de mayo, en una conferencia del Space Telescope Science Institute celebrada en Baltimore, los científicos desvelaron este asombroso descubrimiento. Sara Faggi, astrónoma planetaria del Goddard Space Flight Center de la NASA, describió el espectáculo como “inmenso” durante la conferencia, según informa Nature. Aunque aún no se ha publicado un artículo de investigación exhaustivo sobre este extraordinario penacho, las primeras revelaciones han asombrado a los científicos.

Aunque no es la primera vez que los científicos observan a Encélado escupiendo agua, la perspectiva más amplia y la mayor sensibilidad del telescopio James Webb han desvelado una sorprendente revelación: los chorros de vapor se disparan mucho más profundamente en el espacio de lo que se había imaginado. De hecho, se extienden varias veces más lejos que la anchura del propio Encélado. Para ponerlo en perspectiva, Encélado tiene un diámetro aproximado de 504 kilómetros.

El descubrimiento de Encélado

Los científicos se percataron inicialmente de los estallidos acuosos de Encélado en 2005, cuando la nave espacial Cassini de NASA captó la visión de partículas heladas que irrumpían a través de las grietas lunares conocidas como “rayas de tigre”. Según NASA, la intensidad de estas erupciones es tan grande que el material expulsado contribuye a formar Encélado, uno de los icónicos anillos de Saturno.

Tras un análisis más detallado, los investigadores descubrieron que estos chorros contienen metano, dióxido de carbono y amoníaco, que son moléculas orgánicas que contienen los componentes básicos esenciales para la vida.

Esta vista del polo sur de Encélado se creó utilizando datos de la nave espacial Cassini de la NASA. Para el ojo humano, Encélado parece totalmente blanco, pero aquí se han incluido en color vistas infrarrojas y ultravioletas para resaltar las fracturas donde el océano subsuperficial de la luna se ventila hacia el espacio. Los respiraderos se denominan comúnmente "rayas de tigre". Crédito de imagen
Esta vista del polo sur de Encélado se creó utilizando datos de la nave espacial Cassini de la NASA. Para el ojo humano, Encélado parece totalmente blanco, pero aquí se han incluido en color vistas infrarrojas y ultravioletas para resaltar las fracturas donde el océano subsuperficial de la luna se ventila hacia el espacio. Los respiraderos se denominan comúnmente “rayas de tigre”. Crédito de imagen: NASA / JPL / Space Science Institute

Un equipo de investigadores internacionales propuso en un estudio publicado el año pasado en The Planetary Science Journal que algunos de estos gases podrían haber sido generados por la propia vida, emanando de las profundidades bajo la superficie de Encélado.

La presencia de agua refuerza aún más la posibilidad de vida en esta intrigante luna. Encélado está completamente cubierta por una gruesa capa de hielo de agua, pero las mediciones de su rotación indican la existencia de un vasto océano oculto bajo la corteza helada.

Los científicos creen que los chorros de agua detectados por el JWST y la Cassini proceden de respiraderos hidrotermales situados en el fondo oceánico, una hipótesis respaldada por la presencia de sílice, un componente común de las costras planetarias, en los penachos de vapor.

A la luz de estos descubrimientos pioneros, los científicos de la NASA están debatiendo activamente futuras misiones para explorar la posibilidad de vida en Encélado. Una de las misiones propuestas, la Enceladus Orbilander, consiste en orbitar la luna durante unos seis meses, atravesar sus penachos acuosos y recoger muestras. A continuación, la nave se convertiría en un módulo de aterrizaje que descendería sobre la superficie helada de la luna.

Equipado con instrumentos de última generación para pesar y analizar moléculas, un secuenciador de ADN, un microscopio, cámaras, radiosondas y láseres para escanear la superficie lunar a distancia, el Enceladus Orbilander promete desvelar aún más secretos, según informa The Planetary Society.

Con cada revelación, Encélado se convierte en un destino aún más atractivo para la exploración científica. La tentadora posibilidad de que exista vida en las profundidades de esta luna helada impulsa a los científicos a ampliar más que nunca los límites de la exploración espacial. A medida que el telescopio espacial James Webb sigue desvelando los secretos de nuestro universo, las perspectivas de descubrir vida extraterrestre están cada vez más a nuestro alcance.

Imagen de portada: Representación artística de la nave espacial Cassini en picado a través de los penachos que emanan de la luna Encelado de Saturno. Crédito: NASA/JPL-Caltech 

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