Los astrónomos han revelado que las Pléyades, uno de los cúmulos estelares más conocidos y observados del cielo, forman parte de una estructura mucho más extensa y compleja de lo que se creía. Este hallazgo transforma la percepción tradicional de este conjunto de estrellas visibles a simple vista, mostrando que su verdadero alcance supera por un amplio margen la región compacta que suele identificarse en el firmamento.
Un cúmulo que era solo la parte visible de un complejo mayor
Durante generaciones, las Pléyades han sido representadas como un grupo cerrado compuesto por unas pocas estrellas brillantes, acompañadas de otras menos visibles que completan el cúmulo. Sin embargo, el nuevo estudio indica que este conjunto es en realidad el núcleo más denso de una estructura estelar mucho más amplia, compuesta por miles de estrellas dispersas y relacionadas entre sí por un mismo origen. Este complejo estelar, hasta ahora desconocido, se extiende ampliamente a lo largo del espacio, multiplicando por veinte el tamaño que antes se atribuía al cúmulo.
La clave del descubrimiento radica en la combinación de dos fuentes de datos astronómicos de gran precisión. Por un lado, la misión Gaia ha permitido rastrear movimientos estelares con una exactitud sin precedentes, revelando qué estrellas se desplazan de forma coherente con las Pléyades. Por otro lado, la misión TESS ha aportado información sobre los periodos de rotación de miles de estrellas, un dato fundamental para determinar su edad. La coincidencia en estos parámetros indica que todas ellas provienen del mismo proceso de formación estelar.
El papel de la rotación estelar en la identificación del complejo
Uno de los aspectos más innovadores del estudio es el uso de la rotación de las estrellas como un indicio para reconstruir su historia común. Las estrellas jóvenes giran con rapidez, mientras que las más antiguas reducen su velocidad debido a la interacción con sus campos magnéticos. Esta característica permite realizar estimaciones confiables de la edad estelar, lo que a su vez facilita verificar si un grupo disperso comparte un origen común.
En el caso del complejo de las Pléyades, la coincidencia de edades entre estrellas situadas en regiones muy lejanas entre sí muestra que todas formaron parte de un mismo ambiente de nacimiento. Con el tiempo, los procesos gravitacionales de la Vía Láctea provocaron que muchas de estas estrellas se alejaran del núcleo original, disolviendo lentamente la estructura pero manteniendo rastros en su movimiento y rotación.

Una estructura galáctica que redefine la formación estelar
El hallazgo no solo amplía el tamaño físico atribuido a las Pléyades, sino que también obliga a replantear la forma en que se estudian los cúmulos abiertos. Muchas agrupaciones estelares parecen desaparecer con el tiempo porque su densidad disminuye hasta volverse imperceptible; sin embargo, este estudio demuestra que, con herramientas adecuadas, es posible reconstruir estas “familias” dispersas que antes se consideraban perdidas.
El complejo descubierto incluye varios subgrupos ya identificados previamente, junto con nuevas asociaciones que hasta ahora se consideraban independientes. La coincidencia en su composición química, su movimiento y su edad indica una relación profunda entre ellos, lo que sugiere que formaron parte de un mismo episodio de formación estelar en la historia cercana de nuestra galaxia.
Implicaciones para la comprensión del vecindario galáctico
El descubrimiento del complejo mayor de las Pléyades permite obtener una visión más rica del entorno local de la Vía Láctea. La existencia de estructuras estelares tan extensas y dispersas indica que los procesos de formación estelar pueden dar origen a agrupaciones que, con el tiempo, se expanden a lo largo de cientos o incluso miles de años luz. Esta dinámica contribuye a distribuir estrellas jóvenes por amplias regiones de la galaxia, influenciando la evolución de sus sistemas planetarios.
Además, comprender la estructura completa de las Pléyades ofrece una nueva perspectiva sobre agrupaciones similares. La metodología utilizada en este estudio podría aplicarse para identificar los vínculos ocultos entre estrellas que hoy parecen aisladas, revelando así la arquitectura oculta de la Vía Láctea. Incluso abre la posibilidad de reconstruir el entorno de nacimiento del Sol, cuya familia estelar original se dispersó hace cientos de millones de años.

Un nuevo rostro para un cúmulo ancestral
Las Pléyades han sido parte de relatos culturales durante milenios y han servido como punto de referencia en observaciones astronómicas desde las primeras civilizaciones. La revelación de que este famoso cúmulo forma parte de una estructura mucho mayor agrega una capa inesperada a su historia. Lo que el ojo humano observa como un pequeño grupo de estrellas jóvenes es en realidad el vestigio brillante de un complejo gigantesco que continúa extendiéndose por el espacio.
Este estudio no solo transforma el modo en que se interpreta uno de los cúmulos más emblemáticos del cielo, sino que también impulsa nuevas formas de explorar la evolución estelar en la galaxia. El verdadero alcance de las Pléyades, ahora revelado, invita a mirar de nuevo un objeto conocido con una comprensión más profunda y amplia de su verdadero lugar en el cosmos.
El estudio científico titulado “Lost Sisters Found: TESS and Gaia Reveal a Dissolving Pleiades Complex” ha sido publicado en The Astrophysical Journal. DOI: 10.3847/1538-4357/ae0724
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Por: Cronosmos.com